


La semana pasada Diego fue iniciado, de la mano de sus papás, en el fascinante mundo de los viajes. El tema es que el pobre, muy a pesar nuestro, lo hizo "por la puerta grande". Y es que lo que en principio debía haber sido un: Madrid-Roma, se convirtió, por culpa de la incompetencia de los empleados de Alitalia, en un Madrid-Paris-Roma. En Roma al final pasamos sólamente un día y al día siguiente volamos a Venecia, donde estuvimos otros 3. De todos modos, y a pesar de los problemas iniciales, nos hizo un tiempo estupendo y los tres disfrutamos muchísimo el viaje, donde además celebramos mi cumpleaños por todo lo alto.